¿Qué significa «Educación por Competencias»? Parte II


Como vimos en la primer entrega, una competencia resulta de la capacidad de un individuo para resolver un problema y dentro de las universidades tenemos que enseñar a los estudiantes a resolver problemas que probablemente aún no existen, ni los conocemos todos.

Entonces, la educación profesional no únicamente debe enfocarse a la enseñanza de conocimientos técnicos, sino que, uno de las funciones más importantes es enseñar al estudiante las habilidades para trabajar en equipo y aprender de manera autónoma. Así pues, Una competencia formalmente se define como «El conjunto de conocimientos, habilidades y destrezas que permiten responder hacia una situación o realizar una actividad».

La definición anterior implica un universo de cosas cuando la aplicamos a la enseñanza superior, debido a que un profesional debe ser capaz de resolver una amplia gama de problemas, entonces podemos clasificar las competencias que se enseñan en dos tipos, las competencias «Genéricas», las cuales debe tener cualquier profesional, pudiendo ser el pensamiento analítico, la reflexión, la gestión de objetivos, el liderazgo, etc… Que todos los profesionistas deberían de tener, y otras consideradas como «Especificas», las cuales únicamente posee un profesionista dedicado al área, por ejemplo, para un ingeniero mecatrónico algunas competencias especificas son: Programación de controladores, instrumentación de sistemas, construcción de circuitos, dibujo de planos, calculo de estructuras mecánicas, etc…

El conocer las competencias genéricas y especificas que deberá tener un profesional es lo que permite construir los programas de estudio de las asignaturas que deberá cursar a través de su paso por la institución. Esa es la razón por la que existen materias que probablemente no fortalezcan ninguna competencia especifica, pero en cambio fortalecen las competencias genéricas que también contribuyen a la formación.

Por ultimo, una competencia contiene 3 componentes fundamentales, una actitud, una habilidad y un conocimiento de tal forma que deben estar balanceados para poder crear una persona competente, es decir, sí en algún caso se privilegia el conocimiento, obtendremos en el mejor de los casos lo que se conoce como «Erudito Incompetente» el cual consiste en un profesional con un gran cumulo de conocimientos pero pocas o ninguna habilidad para trabajar en equipo o administrar su tiempo.

Mientras que en el otro extremo podríamos encontrar el privilegio de las actitudes por encima de los conocimientos y así de igual modo obtendríamos un «Incompetente muy Refinado», de esta manera se debe encontrar un balance entre los conocimientos y las actitudes para la correcta formación de profesionales.

Ahora la siguiente pregunta lógica que podríamos hacernos es «¿Y cómo un profesor puede enseñar competencias profesionales a un estudiante?» eso lo platicaremos en la tercera parte.

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